Síndrome de la memoria falsa

El síndrome de la memoria falsa se caracteriza por la presencia de recuerdos falso que pueden aparecer tanto de manera espontánea como de manera inducida.
Se trata de un síndrome porque hace referencia a un conjunto de elementos que son característicos de una determinada situación, en este caso, la evocación de hechos cuya existencia solo es reconocida por la persona que los evoca.
Este síndrome de falso recuerdo carece de aceptación científica, no es validado por la comunidad científica internacional y el DSM-IV no lo reconoce. Aun así, ha emergido de manera importante en investigaciones del ámbito científico y legal, como consecuencia de distintas polémicas y controversias.
En el siglo XIX, las primeras hipótesis publicas sobre los falsos recuerdos fueron hechas por Sigmund Freud, quien propuso que un trauma fundacional reprimido y ocurrido en la infancia daba origen a los síntomas psicosomáticos de las mujeres a las que atendía. tiempo después, modifica su teoría y habla de dichos recuerdos como una serie de fantasías en las que subyacen los eventos traumáticos y ofrece para esto una interpretación desde su teoría del desarrollo psicosexual.
Por lo que, estaba presente la intención de desvelar las experiencias traumáticas de la infancia a través de distintas técnicas, que van desde la hipnosis hasta la terapia individual clásica. 
Con el paso del tiempo, todo lo anterior empezó a ser ampliamente cuestionado, debido a la posibilidad de crear un entorno sugestivo en donde la persona terminara por evocar recuerdos de experiencias que nunca ocurrieron, o evocarlos de manera distorsionada.

Podemos definir los falsos recuerdos como imágenes del pasado que carecen de existencia objetiva, pero que una persona puede evocar asegurando que han ocurrido tal y como lo reporta. Por lo mismo se trata de recuerdos que pueden causar una experiencia emocional importante y significativa en quien los reporta. Su conformación no necesariamente depende del olvido, aunque puede estar estrechamente ligado a este.

Existen dos tipos básicos de falsos recuerdos:

1. Recuerdos Implantados.

Son resultado de la exposición de una persona a informaron falsa, que se presenta de manera coherente y lógica con los esquemas de conocimiento de la persona. Se origina a partir de un tercer elemento informativo, que puede ser un comentario hecho por alguien o por ejemplo mediante una pregunta sugerente. En este caso, el tercer elemento informativo se presenta con la intención de provocar o forzar al reconocimiento de un falso acontecimiento. Es decir, son creados de manera voluntaria por alguien que no es la persona que los reporta.

2. Recuerdos Espontáneos.
Se generan como resultado del funcionamiento interno de la memoria, pero dicho funcionamiento puede ser evocado involuntariamente por influencia ajena, como puede ser por medio de una petición de alguien externo de reportar con claridad algún hecho.


Grandes investigadores en las neurociencias y especialmente en la cognitividad como la memoria, nos dice que los mecanismos generales de conformación de los recuerdos falsos, así como los recuerdos verdaderos, dependen principalmente de los siguientes elementos:

  • El tipo de información que se memoriza; de sentido común o información compleja.
  • La vía de memorización, ya sea oral, táctil, auditiva, visual o combinada.
  • El momento de la evaluación de la memoria; si es inmediato o tiempo después de haber sucedido el evento.
  • El procedimiento para evocar el recuerdo; por reconocimiento o recuerdo libre.


A su vez, dichos elementos dependen de mecanismo tanto cognitivos como socioculturales, en donde se conjugan la elaboración memorística con las relaciones de poder que se establecen en un contexto determinado.
Así, mismo, la psiquiatra Janet Boakes, una de las pioneras en los estudios sobre el síndrome de la memoria falsa, sugiere que este síndrome ocurren en gran medida como consecuencia de la sugestión producida en el contexto psicoterapéutico.



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