Trastornos del control de impulsos

El trastorno del control de impulsos se define según el DSM-IV como aquellos trastornos en los que la persona experimenta grandes dificultades o no es capaz de soportar o resistirse al impulso de cometer una acción que acabaría siendo nociva para la propia persona o para los demás.
Momentos previos a la realización de la acción, el paciente experimenta una sensación de tensión o de gran activación, seguida de una emoción o sentimiento de placer o liberación.
aun así, en otras ocasiones el paciente también puede sentir remordimientos o sentimientos de culpabilidad.
en cuando a la sintomatología, suele ser crónica. las personas afectadas por un trastorno de control de impulsos tiende a poseer un déficit en la capacidad para controlar sus emociones.


Clasificación.

1. Cleptomanía
Es una dificultad recurrente para controlar los impulsos de robar objetos. dichos objetos no son necesarios ni para uso personal ni por su valor económico. Una peculiaridad poco conocida de la cleptomanía es que el paciente suele sentir culpabilidad tras acometer el robo.


2. Trastorno explosivo intermitente.
Supone episodios repentinos y repetidos de conductas impulsivas, agresivas y violentas, o arrebatos verbales agresivos en los que reaccionas con demasiada exageración para su situación. Algunos de sus síntomas incluyen rabietas, violencia doméstica o romper cualquier objeto que el paciente tenga a mano.



3. Piromanía
Está caracterizado por la compulsión recurrente de provocar incendios. El término se refiere únicamente a la provocación de incendios para la satisfacción personal u otra gratificación proporcionada por el fuego en sí, no con fines de lucro o de venganza.


4. Tricotilomania
Es un comportamiento impulsivo que lleva a manipular el pelo estirándolo, retorciéndolo e incluso arrancándolo, con la consecuente pérdida del mismo, ocasionando una apariencia desigual en cuando a la densidad del cabello.


5. Dermatilomanía
Es una alteración psicopatológica que se caracteriza por padecer una necesidad extrema por tocar, rascar, restregar o friccionar la piel. Las personas que padecen este trastorno son incapaces de resistirse a realizar dichas conductas, por lo que se rascan la piel de forma impulsiva para mitigar la ansiedad que le supone no hacerlo.


6. Ludopatía.
También conocida como juego compulsivo, la persona siente una incontrolable urgencia o necesidad de realizar o persistir en conductas relacionadas con el juego, aunque esto implique un grave deterioro en su vida o grandes pérdidas a nivel económico.


7. Compras compulsivas.
También conocido como oniomanía, es un impulso irrefrenable de comprar de forma espontánea sin ningún tipo de premeditación.


8. Síndrome del acaparador compulsivo.
Está caracterizado por la tendencia  a la acumulación de artículos u objetos en forma excesiva en referencia a cantidades socialmente aceptadas y la incapacidad para deshacerse de ellos, incluso si los objetos no tienen valor.


9. Onicofagia.
Es un habito compulsivo que se manifiesta en  que la persona que lo sufre se come las uñas.


Causas.

a)  Genéticas: diversos estudios han afirmado la existencia de una influencia genética en el inicio y desarrollo de estos tipos de trastornos.

b)  Físicas: mediante el uso de técnicas de neuroimagen se ha podido comprobar que las personas que manifiestan síntomas del trastorno del control de impulsos  muestran diferencias en el cerebro a nivel estructural.

c)  Ambientales: el contexto o entorno en el que vive la persona es un elemento susceptible de ejercer una gran influencia en ésta.



Tratamiento.

Se ha demostrado que las intervenciones más eficaces son aquellas que combina un abordaje psicológico con un tratamiento farmacológico que disminuya las compulsiones del paciente.

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